Mario
Briceño Iragorry
"Nace en
Trujillo el 15/09/1897- Muere en Caracas 06/06/1958"
Este ilustre trujillano fue uno
de los más importantes ensayistas del siglo XX venezolano. Fueron sus padres
Jesús Briceño Valero y María Iragorry. La primaria la cursó en su pueblo natal
y el bachillerato en el Colegio Federal de Varones de Valera. En 1912 ingresó
en la Academia Militar donde conoció al futuro presidente Isaías
Medina Angarita. En 1914 tras renunciar
a la vida militar regresa a Trujillo donde ejercerá el periodismo en las
páginas de Ariel.
En 1919 se desempeñó como director de Política y
encargado de la Secretaría del estado Mérida. En 1920, se graduó de abogado en
la Universidad de Los Andes. En 1921 ingresa a la Dirección de Política
Internacional del Ministerio de Relaciones Exteriores junto a Lisandro
Alvarado, Jacinto Fombona Pachano y José Antonio Ramos. Por ese tiempo se
incorpora como maestro al Liceo Andrés Bello, del cual será director. En ese
mismo año, publica Horas y en 1922, Motivos
En 1922 se convirtió en Secretario de la Cámara de
Diputados. En 1922, viajó a Nueva Orleáns donde ejerció el cargo de cónsul de
Venezuela desde 1923 hasta 1925. Cuando regresa a Caracas en 1925, recibió el
doctorado en ciencias políticas en la Universidad Central de Venezuela. En este
último año publicó “Ventanas en la Noche” e inició investigaciones de
etnografía, lingüística y arqueología. En 1926, publicó “Lecturas Venezolanas”.
En 1927, retorno a Trujillo donde fue nombrado
secretario general del estado, ejerciendo interinamente la presidencia del
mismo. En ese mismo año, fue director de la Escuela de Ciencias Políticas de la
Universidad Central de Venezuela y publicó “Ornamentos fúnebres de los
aborígenes del Occidente de Venezuela”. En 1928, fue designado presidente del
estado Carabobo y meses después, Secretario de la Universidad Central de
Venezuela.
En 1930 publicó “La fundación de Maracaibo e
Historia de la fundación de la ciudad de Trujillo”, cuyo título definitivo fue
“Los Fundadores de Trujillo”.
Mario Briceño Iragorry se incorporó a la Academia
Nacional de la Historia en 1930 y a la Academia Nacional de la Lengua en 1932.
En 1936 se editó una de sus obras más sobresalientes, “Tapices de Historia
Patria” y fue uno de los fundadores de la Asociación de Caballeros del Espíritu
Santo, de la cual fue secretario. También en este año fue designado ministro
plenipotenciario en Centroamérica, residenciado en San José de Costa Rica,
donde actuó hasta 1941.
A raíz del golpe de Estado que derrocó al gobierno
de Isaías Medina Angarita el 18 de octubre de 1945, fue detenido y llevado
preso al Cuartel de la Planicie. No obstante a los pocos días es liberado y se
dedicó a ejercer su profesión de Abogado.
En 1946, Mario Briceño Iragorry recibió el Premio
Municipal de Literatura por su obra “Casa León y su Tiempo”, y al año
siguiente, el Premio Nacional de Literatura por su libro “El Regente Heredia o
la Piedad Heroica”.
En 1949 fue designado como embajador de Venezuela
en Colombia. Durante este período publicó una serie de libros que lo
convirtieron en uno de los más importantes exponentes de la ensayística
contemporánea de Venezuela. Algunos de esos títulos son: “Alegría de la Tierra”,
“Vida y Papeles de Urdaneta el Joven”, “El Caballo de Ledesma”, “Los Riberas”.
Fue Cronista de Caracas, En 1951, apoya la
candidatura de Jóvito Villalba para las elecciones presidenciales de 1952.. Una
muestra de su obra apareció en la serie Obras selectas, de las Ediciones Edime
1954. En esos años estuvo madurando sus ideales políticos sobre el nacionalismo
a través de diferentes publicaciones. En 1957, aparece su obra señalada como el
libro “Síntesis de su Doctrina: Por la Ciudad Hacia el Mundo” donde anota:
“La realización del verdadero sentido universal
del pensamiento del hombre no está reñida con el crecimiento de los grupos
nacionales. El nacionalismo en su verdadera concepción ontológica no implica
una posición antihumanista, así se intente confundirlo con las formas agresivas
del nazismo alemán. El verdadero nacionalismo, como expresión de humanidad,
reclama que se le mire sub specie universalis. El nacionalismo, y vale
repetirlo una vez más, representa en el plano de la valoración colectiva, un
modo de obrar la personalidad de los pueblos...”.
En abril de 1958 retorna a Venezuela, pero 2 meses
más tarde muere. Los restos de este insigne venezolano yacen en el Panteón
Nacional desde el 6 de marzo de 1991.
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