jueves, 26 de noviembre de 2015

Mario Briceño Iragorry


Mario Briceño Iragorry


"Nace en Trujillo el 15/09/1897- Muere en Caracas 06/06/1958"

Este ilustre trujillano fue uno de los más importantes ensayistas del siglo XX venezolano. Fueron sus padres Jesús Briceño Valero y María Iragorry. La primaria la cursó en su pueblo natal y el bachillerato en el Colegio Federal de Varones de Valera. En 1912 ingresó en la Academia Militar donde conoció al futuro presidente Isaías Medina Angarita. En 1914 tras renunciar a la vida militar regresa a Trujillo donde ejercerá el periodismo en las páginas de Ariel. 

En 1919 se desempeñó como director de Política y encargado de la Secretaría del estado Mérida. En 1920, se graduó de abogado en la Universidad de Los Andes. En 1921 ingresa a la Dirección de Política Internacional del Ministerio de Relaciones Exteriores junto a Lisandro Alvarado, Jacinto Fombona Pachano y José Antonio Ramos. Por ese tiempo se incorpora como maestro al Liceo Andrés Bello, del cual será director. En ese mismo año, publica Horas y en 1922, Motivos

En 1922 se convirtió en Secretario de la Cámara de Diputados. En 1922, viajó a Nueva Orleáns donde ejerció el cargo de cónsul de Venezuela desde 1923 hasta 1925. Cuando regresa a Caracas en 1925, recibió el doctorado en ciencias políticas en la Universidad Central de Venezuela. En este último año publicó “Ventanas en la Noche” e inició investigaciones de etnografía, lingüística y arqueología. En 1926, publicó “Lecturas Venezolanas”.

En 1927, retorno a Trujillo donde fue nombrado secretario general del estado, ejerciendo interinamente la presidencia del mismo. En ese mismo año, fue director de la Escuela de Ciencias Políticas de la Universidad Central de Venezuela y publicó “Ornamentos fúnebres de los aborígenes del Occidente de Venezuela”. En 1928, fue designado presidente del estado Carabobo y meses después, Secretario de la Universidad Central de Venezuela.

En 1930 publicó “La fundación de Maracaibo e Historia de la fundación de la ciudad de Trujillo”, cuyo título definitivo fue “Los Fundadores de Trujillo”.

Mario Briceño Iragorry se incorporó a la Academia Nacional de la Historia en 1930 y a la Academia Nacional de la Lengua en 1932. En 1936 se editó una de sus obras más sobresalientes, “Tapices de Historia Patria” y fue uno de los fundadores de la Asociación de Caballeros del Espíritu Santo, de la cual fue secretario. También en este año fue designado ministro plenipotenciario en Centroamérica, residenciado en San José de Costa Rica, donde actuó hasta 1941. 

A raíz del golpe de Estado que derrocó al gobierno de Isaías Medina Angarita el 18 de octubre de 1945, fue detenido y llevado preso al Cuartel de la Planicie. No obstante a los pocos días es liberado y se dedicó a ejercer su profesión de Abogado.

En 1946, Mario Briceño Iragorry recibió el Premio Municipal de Literatura por su obra “Casa León y su Tiempo”, y al año siguiente, el Premio Nacional de Literatura por su libro “El Regente Heredia o la Piedad Heroica”.

En 1949 fue designado como embajador de Venezuela en Colombia. Durante este período publicó una serie de libros que lo convirtieron en uno de los más importantes exponentes de la ensayística contemporánea de Venezuela. Algunos de esos títulos son: “Alegría de la Tierra”, “Vida y Papeles de Urdaneta el Joven”, “El Caballo de Ledesma”, “Los Riberas”.

Fue Cronista de Caracas, En 1951, apoya la candidatura de Jóvito Villalba para las elecciones presidenciales de 1952.. Una muestra de su obra apareció en la serie Obras selectas, de las Ediciones Edime 1954. En esos años estuvo madurando sus ideales políticos sobre el nacionalismo a través de diferentes publicaciones. En 1957, aparece su obra señalada como el libro “Síntesis de su Doctrina: Por la Ciudad Hacia el Mundo” donde anota:

“La realización del verdadero sentido universal del pensamiento del hombre no está reñida con el crecimiento de los grupos nacionales. El nacionalismo en su verdadera concepción ontológica no implica una posición antihumanista, así se intente confundirlo con las formas agresivas del nazismo alemán. El verdadero nacionalismo, como expresión de humanidad, reclama que se le mire sub specie universalis. El nacionalismo, y vale repetirlo una vez más, representa en el plano de la valoración colectiva, un modo de obrar la personalidad de los pueblos...”.

En abril de 1958 retorna a Venezuela, pero 2 meses más tarde muere. Los restos de este insigne venezolano yacen en el Panteón Nacional desde el 6 de marzo de 1991.


Información extraída de: http://www.venezuelatuya.com/biografias/briceno_iragorry.htm

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